Lo que tenemos no es lo que necesitamos, no importa cuán atractiva se haya vuelto la mercadotecnia.
Podemos tratar de encajar y encontrar nuestro lugar, pero eso nos costará nuestra contribución y el encajar verdaderamente en lo que Jesús nos ofrece. Lo que nos rodea, lo que nos propone una “membresía” es un marco religioso construido por el hombre. Al morder el anzuelo somos engañados, robados de lo más alto y de lo es mejor. Tiene que ver con nuestra perspectiva, con nuestra cosmovisión, con las bajas y pobres demandas que buscan distraernos y evitar nuestro mayor acceso a Cristo. Ahora, no podemos escapar del contexto en el que estamos, pero podemos trascenderlo. Es por eso que Jesús dice: “En este mundo afrontarán aflicciones, pero ¡anímense! Yo he vencido al mundo”. La invitación a vencer este mundo, junto con El, está cubierta minuciosamente con un velo, como un tesoro escondido. Jesús estuvo en este mundo, pero no era del mundo. Este es nuestro derecho de nacimiento en El. ¡Caminemos en esto!
Cuando nuestra perspectiva está basada en Aquel que es Alto y exaltado, tendremos un buen punto de partida para completar lo que falta. Cuando nuestra realidad empieza con Aquel que está sentado en el trono, el Dios Altísimo y que toma cada vez un mayor lugar en el trono de nuestro corazón, sólo entonces estamos en un lugar para ver las cosas como son, no como aparentan… entonces, estamos despertando a la realidad.
Al momento de tomar valor ten cuidado de no dejarte engañar. No estamos luchando contra lo que es, nuestra lucha no es contra carne ni sangre. Perdernos en la obstinada determinación de derribar lo que los hombres han creado, éste es un camino largo hacia la falta de sentido y el naufragio de la fe; y un sinnúmero de personas han perdido sus barcos en una costa irregular.
No nos dejemos engañar por nuestro deseo de “arreglar las cosas” desde un punto de vista humano. Muchas, si no la mayoría de las injusticias esperan la resurrección de los justos.
Un peligro principal de un forastero es que pueden ser engañados al intentar recrear un nuevo contexto donde pudieran ser infiltrados y la historia ha sido un testigo de esto.
Mientras tanto, no somos de este mundo.